(English version below)
Que me perdonen los lectores mexicanos (que son como las meigas, no se les ve pero haberlos haylos, me lo dice Blogger stats) por la patada que le voy a dar a su excelente gastronomía, pero desde que tuvieron la lucidez de inventar las tortillas de trigo, a ciertos europeillos como yo nos ha dado por rellenarlas con (casi) cualquier cosa. Pero ésta no es la única mania mía en cuanto a la cocina mexicana, porque los nachos, totopos, etc., se han convertido en una de mis oscuras adicciones, pero eso lo dejaré para un post de confesiones porque lo que yo hago con los nachos debería estar tipificado en el Código Penal Gastronómico.
De todas formas, como mal de muchos consuelo de tontos, me voy a permitir la licencia de llamar quesadilla a esto que voy a publicar hoy, porque si los finlandeses se pueden permitir llamar a esto de aquí abajo “paella”, pues ancha es Castilla. No soy yo precisamente muy integrista con las paellas (aunque hay unos límites claro, y la paella de reno o la de piña y melocotón no se encuentran dentro de ellos), de hecho me saca de mis casillas que el (…) de turno siempre salga criticando que si la paella no tiene tal y cual no es paella y bla bla bla. Los españoles somos expertos en darle patadas a la gastronomía de muchos otros países (a la vista está) pero cuando se trata de la nuestra… ¡eeeeeeeh! Ahora resulta que un andaluz no puede hacer paellas y un vasco no puede preparar un buen gazpacho. A lo que iba, que todo este rollo es para justificar que cualquier parecido de mi paella con la tradicional valenciana es pura coindicencia, pero eso también lo dejo para otro día, que aún no estoy psicológicamente preparada para la lapidación.
Que me perdonen los lectores mexicanos (que son como las meigas, no se les ve pero haberlos haylos, me lo dice Blogger stats) por la patada que le voy a dar a su excelente gastronomía, pero desde que tuvieron la lucidez de inventar las tortillas de trigo, a ciertos europeillos como yo nos ha dado por rellenarlas con (casi) cualquier cosa. Pero ésta no es la única mania mía en cuanto a la cocina mexicana, porque los nachos, totopos, etc., se han convertido en una de mis oscuras adicciones, pero eso lo dejaré para un post de confesiones porque lo que yo hago con los nachos debería estar tipificado en el Código Penal Gastronómico.
De todas formas, como mal de muchos consuelo de tontos, me voy a permitir la licencia de llamar quesadilla a esto que voy a publicar hoy, porque si los finlandeses se pueden permitir llamar a esto de aquí abajo “paella”, pues ancha es Castilla. No soy yo precisamente muy integrista con las paellas (aunque hay unos límites claro, y la paella de reno o la de piña y melocotón no se encuentran dentro de ellos), de hecho me saca de mis casillas que el (…) de turno siempre salga criticando que si la paella no tiene tal y cual no es paella y bla bla bla. Los españoles somos expertos en darle patadas a la gastronomía de muchos otros países (a la vista está) pero cuando se trata de la nuestra… ¡eeeeeeeh! Ahora resulta que un andaluz no puede hacer paellas y un vasco no puede preparar un buen gazpacho. A lo que iba, que todo este rollo es para justificar que cualquier parecido de mi paella con la tradicional valenciana es pura coindicencia, pero eso también lo dejo para otro día, que aún no estoy psicológicamente preparada para la lapidación.
Paella de reno... el fin del mundo se acerca. |
Al lío. Esta receta se la dedico a mi amiga Quesadilla Krueger porque me ha venido que ni al pelo (y tú, y solamente tú puedes cambiar el queso de cabra por crema de camembert, ¡adicta!). Te quiero mucho, peque.
Quesadillas de rúcula y queso de cabra
Ingredientes (para 8 quesadillas):
4 tortillas de trigo
250 – 300 grs. de queso de cabra muy cremoso
2 puñados de rúcula, lavada y seca
2 tomates medianos
Aceite de oliva
Sal
Modus operandi:
1. Corta en dados el queso de cabra y los tomates. Sobre cada media tortilla, coloca una parte de la rúcula y unos daditos de queso y tomate. Rectifica de sal si es necesario y dobla cada tortilla por la mitad, para que quede como una empanada.
2. Pon las tortillas a fuego lento en una sartén con unas gotas de aceite de oliva, para que se doren un poquito por los dos lados y se derrita bien el queso. Cuando estén listas, sácalas de la sartén, córtalas por la mitad y listo.
¡Y que la Virgen de Guadalupe me pille confesada...!
*****
Dear Mexican readers: please, forgive me for what I am going to do but since you had the glorious idea of inventing the wheat tortillas some crazy Europeans like me got the addiction to fill them with (almost) anything. But this is not my only obsession about Mexican food: nachos, totopos, etc. have become one of my darkest addictions, but I will leave that speech for a post about confessions, because what I do with them is so cruel that I should go to jail because of that.
Anyway, if Finns can call that thing up there “paella”, I can call this “quesadilla”. I’m not that kind of paella fundamentalist (but I have my own limits, and reindeer paella or pineapple/peach paella are far from them), actually I don’t like when someone posts a paella recipe and all the comments are so picky… Spaniards can kick other countries gastronomy and it’s fine but we don’t allow the kicks to our own. Not even when it comes from ourselves. So now it seems andalusians can’t cook paella and people from Basque Country are not allowed to make a good gazpacho. Well, the point is that the similarities of my paella recipe with the original one are just coincidences, but I will also leave that speech for another post, when I’m psychologically ready for stoning.
Well, there we go. This recipe is dedicated to my friend Quesadilla Krueger (obviously). You, and only you, are allowed to change the goat cheese for camembert cream, addict! I love you, little thing.
Goat cheese rocket quesadillas
Ingredients (for 8 quesadillas):
4 wheat tortillas
250 – 300 grs. very creamy goat cheese
2 handfuls of rocket, washed and dried
2 medium size tomatoes
Olive oil
Salt
Modus operandi:
1. Dice the goat cheese and the tomatoes. On each half tortilla, put some rocket and a few tomato and cheese dices. Season if necessary (the cheese is already quite salty) and fold the tortillas in half so you will get a half moon shape.
2. Put the tortillas on a pan with some drops of olive oil. Let them cook slowly so they get lightly golden on both sides and the cheese is correctly melted. When ready, take them out of the pan, cut each quesadilla into two pieces and serve.
Y que la Virgen de Guadalupe me pille confesada...!
¡¡¡GENIAL LA ENTRADA CHICA...!!!
ReplyDelete¡¡¡Ya va siendo hora que les demuestres lo que es una paella ,si señora!!!
Yo tambien me he quedado con la boca abierta cuando he visto lo de la foto y gravemente afectada.De todos modos yo creo que no es malo lo de dejar volar la creatividad y crear platos geniales de ricos basndose en productos y elaboraciones de otros sitios y otras personas¿Que seria entonces de los blog y de los grandes y famosos chef....?
Francamente tus "quesadillas "creo que tienen que estar buenisimas y gustosisimas.Un abrazo
María José, un día de estos te voy a poner una foto de esas paellas ricamente decoradas con cáscaras de melón y ya verás como no tienen ninguna pinta de estar buenas... una cosa es inventar, fusionar o lo que sea y otra cosa es... bueno, ya lo verás :P
ReplyDeleteMe alegro de que te haya gustado. Un beso!
Pues compartiré contigo el lado del muro de la lapidación, porque yo a este tipo de inventos también los llamo quesadillas. A cambio de ello sólo te pido un favor: que a mi también me dejes cambiar el queso de cabra por otro queso (aunque no sea cambembert), ¡porfa, porfa, porfa!
ReplyDelete¡Un beso enorme!
Vale Mavi, tú puedes, incluso por camembert si quieres... anda que buenas migas íbamos a hacer, yo soy adicta a la canela y al queso de cabra :P
ReplyDeleteUn besazo!