“Todo empezó aquella mañana de templado verano finlandés. En un piso de un barrio de la periferia de Helsinki, una cocinillas española se empeñaba en darse un homenaje al más puro estilo patrio: unos lujuriosos y calóricos churros con chocolate. Mientras daba forma a aquella plasta harinosa y homicida, veía su rostro reflejado en el aceite humeante. Una rosca, y otra y otra… aquel engendro producto de la gula manipuladora y una pizca de morriña melancólica empezó a crecer y deformarse hasta convertirse en un arma mortífera. Los abetos a través de la gigantesca ventana se habían teñido de óleo chorreante. El destino había hablado.
Era hora de contarle al mundo que hacer churros sin churrera es peligroso, que la comida finlandesa no es la peor del mundo después de la británica, que los platos de toda la vida pueden ser modernos, pero no les hace falta. Que la cocina sin setas es posible.
Que mezclar no siempre termina en resaca.”
Así fue, aunque os aseguro que lo que se me pasó por la cabeza en ese momento fue de todo menos prosaico. Me imagino que si habéis llegado hasta aquí es porque esperáis encontrar alguna información sobre quién se encuentra al otro lado de la pantalla. Pues amigos y amigas, esta parte se me da rematadamente mal, pero voy a hacer el intento.
Soy española, de Jaén para ser exactos, pero vivo en Finlandia. Tengo una edad que los entes gubernamentales consideran joven (y yo también) y me gusta mucho cocinar. Esto no ha sido así siempre, hasta hace unos años me defendía, pero no sentía demasiada motivación por salir del menú semanal, como mucho quincenal, y con eso me iba bien. Pero después de decidir que quería ser criminóloga, terminar de estudiar, trabajar unos cuantos años y acabar hasta las narices de papeles, vi la luz (sí, unas veces son los churros, otras veo luces, pero os prometo que no me meto nada). Me di cuenta de que no me gustaba cocinar, me encantaba, y pensé que nunca es tarde para cambiar algo en tu vida si ello te puede hacer más feliz. Esa misma filosofía me hizo venirme a Helsinki y por ahora no me arrepiento de ninguna de las dos decisiones.
Ahora cocino en mi casa, cocino en el trabajo y cocino en este blog, que lejos de ser un recetario, es una parte de mí, bastante honesta, por cierto. Aquí no sigo muchas reglas, posteo lo que me apetece cuando me apetece y respeto profundamente mis propios mandamientos: “no cocinarás setas y no postearás una tarta tres chocolates”.
Y hasta aquí puedo leer. Si queréis saber más, sed bienvenidos =)
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“Everything started on that warm Finnish summer morning. In a flat in the periphery of Helsinki, a Spanish food-lover insisted on having the most patriotic of all breakfasts: some lustful and caloric churros con chocolate. While she was shaping that floury and homicidal paste, she could see her face reflected on the steaming oil. One ring, and other and other… that creature, product of the manipulative greed and a pinch of melancholic homesickness, started to grow and became deformed until turned into a lethal weapon. The firs behind the giant window got dyed by dripping oil. Destiny spoke.
It was the time to tell the world that making churros without a churro-machine is dangerous, that Finnish food is not the worst right after British, that traditional dishes can be modern, but they don’t need to be. That cooking without mushrooms is possible.
That mixing doesn’t always end in hangover.”
And it was like that, but I assure you that what came to my mind in that moment was not exactly prosaic. I imagine that if you came here you might be expecting some info about the one on the other side. Well, friends of mine, this part is really complicated for me, but I’m going to try.
I’m Spanish, from Jaén, but I live in Finland. I’m what governmental entities consider young (so do I) and I really like cooking. It hasn’t been always like this, some years ago I didn’t feel very motivated to go over my weekly, maybe biweekly menu, and that was enough for me. But after deciding that I wanted to be criminologist, finished at the university, worked some years and ended up annoyed of papers, I saw the light (yes, sometimes it’s about churros and other times I see lights, but I promise I’m clean). I realized that I didn’t like cooking, I loved it and I thought it’s never too late to change something in your life if that will make you happier. That same philosophy gave me a push to move to Finland and at the time I don’t regret any of both decisions.
Now I cook at home, I cook at work and I cook in this blog which, far from a recipe collection, is a part of me, a pretty honest one, by the way. In here I don’t follow many rules, I post whatever I want whenever I want and I deeply respect my own commandments: “you won’t cook mushrooms and you won’t post a triple chocolate cake”.
And this is it. If you want to know more, be welcome =)